El síndrome del impostor (también conocido como fenómeno del impostor) es una experiencia psicológica en la que las personas son incapaces de internalizar sus logros y viven con un temor persistente de ser «descubiertas» como un fraude, a pesar de evidencia externa de su competencia. Este fenómeno fue descrito por primera vez en 1978 por las psicólogas Pauline Clance y Suzanne Imes, quienes lo observaron inicialmente en mujeres profesionales exitosas.
Prevalencia y Grupos Afectados
Estudios recientes indican que este síndrome afecta a una amplia gama de personas, independientemente de género, edad o nivel socioeconómico. Se estima que entre el 70% y el 82% de las personas lo experimentarán al menos una vez en su vida profesional o académica (Bravata et al., 2020). Aunque inicialmente se pensó que afectaba más a mujeres, investigaciones posteriores han demostrado que hombres y mujeres lo experimentan con frecuencias similares, aunque pueden expresarlo de manera distinta.
Características y Sintomatología
Las personas con síndrome del impostor suelen experimentar:
- Dudas persistentes sobre sus habilidades
- Miedo a no estar a la altura
- Atribución de logros a la suerte o factores externos
- Perfeccionismo
- Comparaciones constantes con otros
Estos síntomas pueden coexistir con altos niveles de ansiedad, baja autoestima y, en algunos casos, depresión (Parkman, 2016).
Causas y Factores de Riesgo
El síndrome del impostor no está clasificado oficialmente como un trastorno mental, pero se ha vinculado con ciertos factores psicológicos y sociales:
- Estilos de crianza exigentes o críticos
- Entornos laborales o académicos competitivos
- Experiencias de discriminación o estereotipos (por ejemplo, en mujeres en STEM o minorías raciales)
Las personas que pertenecen a grupos subrepresentados pueden sentir una presión adicional para demostrar su valía, lo que incrementa la susceptibilidad al síndrome del impostor.
Consecuencias
A largo plazo, el síndrome del impostor puede limitar el desarrollo profesional y personal, ya que puede llevar a evitar nuevos desafíos por miedo al fracaso. También puede contribuir al agotamiento profesional (burnout) y afectar negativamente las relaciones interpersonales en el trabajo o la escuela.
Estrategias de Afrontamiento Basadas en Evidencia
- Psicoeducación: Conocer el fenómeno ayuda a desmitificarlo y reconocerlo en uno mismo.
- Terapia cognitivo-conductual (TCC): Ha mostrado eficacia al ayudar a las personas a identificar y reestructurar pensamientos distorsionados (Sakulku & Alexander, 2011).
- Acompañamiento psicológico y apoyo social: Compartir experiencias con amigos o tu terapeuta puede normalizar estas sensaciones y ofrecer apoyo emocional, así como a trabajarlo a nivel psicológico.
- Prácticas de autocompasión: Desarrollar una actitud menos crítica hacia uno mismo puede mitigar los efectos del perfeccionismo.
Referencias:
- Bravata, D. M., et al. (2020). Prevalence, Predictors, and Treatment of Impostor Syndrome: A Systematic Review. Journal of General Internal Medicine.
- Clance, P. R., & Imes, S. A. (1978). The Impostor Phenomenon in High Achieving Women: Dynamics and Therapeutic Intervention. Psychotherapy: Theory, Research & Practice.
- Parkman, A. (2016). The Impostor Phenomenon in Higher Education: Incidence and Impact. Journal of Higher Education Theory and Practice.
- Sakulku, J., & Alexander, J. (2011). The Impostor Phenomenon. International Journal of Behavioral Science.