Las redes sociales forman parte integral de la vida de los adolescentes en la actualidad. Plataformas como Instagram, TikTok, Snapchat y otras no solo influyen en su forma de comunicarse, sino también en cómo se perciben a sí mismos y al mundo que los rodea. Si bien ofrecen oportunidades valiosas de conexión y expresión, también están asociadas a riesgos psicológicos, emocionales y sociales, especialmente en una etapa de desarrollo tan sensible.
Uso y prevalencia
Estudios recientes muestran que más del 90% de los adolescentes utiliza redes sociales, y una gran parte pasa entre 3 y 6 horas al día en estas plataformas (Common Sense Media, 2023). El uso intensivo se ha convertido en la norma, y la mayoría reporta que las redes son una parte central de su vida social.
Efectos positivos
- Conexión social: Permiten mantener relaciones a distancia y crear comunidades de apoyo, especialmente para jóvenes que se sienten aislados o que pertenecen a minorías.
- Expresión e identidad: Las redes ofrecen un espacio para explorar y expresar aspectos de la identidad personal.
- Acceso a información: Brindan oportunidades de aprendizaje, activismo y participación cívica.
Riesgos y efectos negativos
- Comparación social: Las redes fomentan comparaciones constantes con ideales de belleza, estilo de vida o éxito, lo que puede generar baja autoestima, ansiedad y síntomas depresivos.
- Ciberacoso: Un problema creciente. Aproximadamente 1 de cada 4 adolescentes ha sido víctima de alguna forma de acoso digital (UNICEF, 2021).
- Alteración del sueño: El uso excesivo, especialmente en la noche, afecta la calidad y duración del sueño, lo cual incide en la salud mental y el rendimiento escolar.
- Dependencia emocional y «FOMO» (fear of missing out): La necesidad de estar constantemente conectado genera ansiedad cuando no se tiene acceso o cuando se percibe que otros están disfrutando más.
Efectos en la salud mental
Diversas investigaciones han establecido una relación entre el uso intensivo de redes sociales y mayores niveles de ansiedad, depresión, trastornos alimentarios y problemas de imagen corporal, especialmente en chicas adolescentes (Twenge et al., 2018). No obstante, es importante destacar que no todas las redes afectan igual ni en todas las personas, y que la forma de uso (pasiva vs. activa, contenido consumido, nivel de interacción) es clave para entender su impacto.
Factores protectores
- Educación digital crítica: Enseñar a interpretar lo que se ve en redes y distinguir entre realidad y apariencia.
- Límites de tiempo saludables: Establecer horarios y rutinas tecnológicas puede ayudar a reducir efectos negativos.
- Apoyo parental y escolar: El acompañamiento emocional y el diálogo abierto son fundamentales para que los adolescentes comprendan y gestionen su experiencia digital.
- Fomentar el bienestar offline: Actividades físicas, hobbies y relaciones cara a cara contrarrestan la sobreexposición digital.
Referencias:
- Twenge, J. M., et al. (2018). Increases in depressive symptoms, suicide-related outcomes, and suicide rates among U.S. adolescents after 2010 and links to increased new media screen time. Clinical Psychological Science.
- Common Sense Media. (2023). Teens and Social Media: Navigating the Digital Landscape.
- UNICEF (2021). Estado Mundial de la Infancia: En mi mente. Promover, proteger y cuidar la salud mental de la infancia.